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Confesiones de un Viajero

Actualizado: 7 mar

En un mundo post-pandemia donde los influencers de viajes inundan Instagram y TikTok con destinos y contenido cliché, ser un viajero auténtico se vuelve más relevante que nunca. Porque, seamos sinceros, viajar no se trata de acumular destinos como trofeos, sino de sumergirse en la esencia de cada lugar, aprender de sus culturas y vivir experiencias únicas.

Influencer de viajes

Y es que el turismo típico suele llevarnos a los mismos lugares de siempre: las mismas fotos en la Torre Eiffel, las mismas posturas en Machu Picchu y las mismas aglomeraciones tóxicas en la Sagrada Familia o el Coliseo Romano. ¿La autenticidad? ¡A la mierda! En cambio, el viajero busca esos rincones escondidos y auténticos que ofrecen una conexión real con la cultura local. Anthony Bourdain, un verdadero explorador, nos enseñó que la magia de los viajes está en las experiencias locales, los mercados, las comidas callejeras y las historias de la gente común. No en proyectar estatus social o viajar solo para recibir más likes. Como decía Bourdain: "El viaje es parte de la experiencia. Una expresión del serio deseo de comprender este mundo más allá de los libros y las páginas web”.


Hoy en día, la mayoría de influencers de viajes en Chile y alrededor del mundo a menudo nos motivan a repetir lo mismo de siempre, colapsando destinos turísticos ya populares y, peor aún, sobresaturándolos con más gente, contaminación y descontento en la población local.


Este turismo poco original y depredador no sólo destruye el paisaje, sino que también vacía los bolsillos de los locales. Es que de tanto turista, los precios se disparan sin descriminación, haciendo que vivir en tu propia ciudad sea una batalla diaria para cubrir gastos básicos como el supermercado, el alquiler o simplemente salir a comer con amigos y familiares.


Barcelona, por ejemplo. La ciudad en la que vivo hace más de 6 años, se ha visto tan afectada por todo esto que sus habitantes han tenido que, literalmente, salir a las calles y protestar, buscando que alguien -cualquiera- empatice con esta pesadilla. Y es que el turismo masivo es como un huracán, que arrasa con todo a su paso, dejando tras de sí una cultura local agonizante, al borde de la extinción.


Todo esto, cortesía de un modelo turístico insostenible y descaradamente irresponsable. ¿Cuánto más vamos a aguantar antes de que lo que amamos sea devorado por esta plaga de selfies y hashtags?

protesta turismo barcelona
Protesta de los vecinos de Barcelona en contra el turismo no sostenible. Foto: EFE

Y por ahí que el verdadero valor de viajar está en lo inesperado pero también en hacerlo de manera responsable o menos egoísta, intentar optar por lugares no saturados. Es que un viaje auténtico te enseña más que mil fotografías perfectas en Instagram. Es por eso que en mi sombrero de Chilean Mate, te invito a ser "más viajero que turista".


Hace dos años, la pandemia nos enseñó a valorar cada momento y a buscar experiencias significativas. En lugar de seguir a la multitud, atrévete entonces a explorar lo desconocido. Aprende de curiosidades históricas o de una simple conversación sobre la vida sin expectativas con gente local. Como cuando Bourdain descubría joyas ocultas y personajes con historias poderosas en los más de 100 episodios de “Parts Unknown”, una obra maestra imprescindible para cualquiera que quiera entender mejor el concepto de ser viajero o que busque contenido audiovisual de calidad suprema sobre viajes.


Anthony Bourdain
Anthony Bourdain / Via youtube.com
Turista vs Viajero

El turista sigue la guía al pie de la letra; el viajero se aventura a perderse en la ciudad. El turista busca las fotos perfectas; el viajero busca las historias que nadie ha contado. El turista visita los lugares más famosos y a veces saturados; el viajero descubre joyas ocultas y tesoros locales. El turista se queda en la superficie; el viajero se sumerge en la cultura y la vida cotidiana del lugar.


Lo confieso: yo también pequé y comencé como muchos siendo un turista más. Al principio, tomaba las típicas fotos, comía en las mismas trampas turísticas y me guiaba por “las 10 cosas que hacer en"...Pero con el tiempo y tras haber explorado 50 países, navegado 4 continentes y surcado los cielos en más de 200 vuelos, me di cuenta de que el verdadero camino era el “no camino”. Que la magia de viajar está en perderse, en descubrir por accidente, en vivir momentos que no se pueden planificar. Esa es la esencia de ser un viajero.

Influencer chileno
Coniciendo locales a punta de sake y cerveza en Tokyo

Indonesia es mucho más que Bali. Por lo que sería una declaración absurda pensar que “conozco Indonesia” si solo me la he pasado bronceado o tomando clases de surf en Kuta Beach. La verdadera Indonesia está en las islas remotas de Raja Ampat, Komodo y en las bulliciosas calles de Yakarta. De la misma manera, no me atrevería a decir que estuve en México si solo me he hospedado en la zona hotelera de Cancún. México es mucho más que playas y margaritas; es cultura, historia y una gastronomía que no se encuentra en un flojo y triste buffet continental. Y si estás en algún restaurante en Tailandia y te ves rodeado de turistas, probablemente no sea el mejor lugar para comer. En vez de eso, busca esos pequeños y humildes locales llenos de gente local; por ahí están los verdaderos tesoros culinarios.


Además, aprovecha la interacción con los locales; es fundamental para una experiencia auténtica. Una excelente manera de conectar con ellos es compartir lo que sea que estén bebiendo en la barra: ¿Shots de sake, vermut, un coco wine casero? ¡Obvio! ¿Por qué no? Olvídate también de la dieta y no temas probar comidas exóticas o picantes con ingredientes impronunciables. Si no te arriesgas a probar cosas nuevas, nunca descubrirás esos platos mágicos, brebajes o historias únicas. Como dijo Bourdain: "Tu cuerpo no es un templo, es un parque de diversiones. Enjoy the ride."


Hazte un favor y evita también los circuitos de viajes con agendas apretadas que te hacen pasar un día en cada país o ciudad. Estos viajes relámpago pueden ser tentadores, pero rara vez te permiten conocer verdaderamente un lugar. Como Bourdain nos recordaba: "Lo mejor que puedes hacer es moverte despacio, parar y oler las flores". Tómate tu tiempo para explorar, conocer a la gente y sumergirte en la vida cotidiana. La improvisación sin prisa es clave; es en esos momentos inesperados donde nacen las mejores historias y experiencias. Entiendo que quieran conocer 20 países en 7 días, pero, viejo/a, para los viajes, prefiere calidad antes que cantidad, ya que a veces menos es más.


Por último, tampoco tiene mucho sentido viajar literalmente al otro lado del mundo para conectar con las mismas personas que conoces en casa, comer lo mismo que en tu lugar de origen y seguir la misma rutina de siempre. Muchos cometen este error, especialmente algunos "mochileros" en países como Australia y Nueva Zelanda. Allí, muchos compatriotas y otros hermanos latinos se hacinan en comunidades herméticas donde sólo terminan relacionandóse entre ellos. Esto no está mal si lo que se busca es seguir en esa "zona de confort", pero ojo, que no se quejen o sorprendan si al final de la experiencia working holiday continuan con un nivel atarzanado de inglés, o si no pudieron crear lazos o amistades con locales. No, repito, NO hagamos como ellos, no malgastes la suerte de viajar en acciones como estas; para eso, mejor quédate en casa.


influencer de viajes
Compartiendo un Kebab con locales en Istanbul

Sé como Marco Polo, por ejemplo, quien no se contentó con quedarse en Venecia y se aventuró por rutas desconocidas, perdiéndose en tierras lejanas, aprendiendo de cada cultura con la que se encontró, sin sobreponer ideas propias de superioridad o posturas políticas de preferencia. Porque cuando eres viajero, disfrutarás de cierta libertad. La que te libera de coincidir con los demás para congeniar, caer bien o que te valoren como persona. Recuerda que para otras culturas tú también eres un extraterrestre interesante por conocer. Y precisamente esas diferencias son las que te destacan y hacen aún más entretenido “el encuentro de mundos”.


Desde los exploradores de antaño, el verdadero viaje siempre ha sido sobre descubrimiento y aprendizaje. Entonces toma como anécdota aquellas “experiencias negativas” y evita que éstas definan a un país entero; mejor conviértelas en momentos cómicos: como cuando terminas comiendo algo extraño porque no entendiste el menú, o como cuando te cobraron más por tu nula capacidad de regatear, o como cuando te perdiste en alguna ciudad porque tu sentido de orientación era tan bueno como el de Google Maps sin internet.


En un mundo saturado de superficialidad, postureo y turismo no sostenible, ser un viajero auténtico es mucho más que una elección personal: se convierte en un acto de rebeldía contra las tendencias predominantes. Implica rechazar la superficialidad de las experiencias efímeras y prefabricadas que inundan las redes sociales y los destinos turísticos masificados.


Ser un viajero auténtico implica optar por la profundidad sobre la superficialidad, por la autenticidad sobre el consumo rápido, y por el respeto hacia las culturas locales y el medio ambiente sobre el impacto destructivo del turismo desenfrenado. Es cuestionar el status quo del turismo convencional y buscar un enfoque más ético y consciente del viajar, donde cada experiencia no solo enriquece al viajero, sino que también respeta y beneficia a las comunidades locales y al entorno natural que se visita


Y sí, de vez en cuando aún incurro en actividades turísticas, sobre todo cuando me visitan amigos y familia, pero no pasa nada. Ser viajero también se trata de un balance paulatino, equilibrado y consciente. Después de todo, la vida no va de absolutos, blancos o negros, y la transformación de turista a viajero, tampoco. Disfruta el viaje y “ser viajero” como si se tratase de tu propia película, en donde tú eres el protagonista y director de lo que podría ser aventura épica, única y memorable.


Así que la próxima vez que planees un viaje, recuerda que la esencia de viajar está en la autenticidad de las experiencias, de pasarlo bien, de aprender a ser mejor persona... Y eso, querido lector, es algo que vale más que cualquier fotografía perfecta en redes sociales… Y quién sabe, tal vez termines con una historia tan buena que ni tú mismo te la creas.


Para más historias y consejos de viajes no olvides visitarme en mi cuenta de Instagram. Hasta una próxima aventura !

 
 
 

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