Itinerario Exprés en Tokio: Qué hacer en una semana en la ciudad más eléctrica del planeta
- Chilean Mate

- 22 oct
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 oct
Tokio no se visita. Se sobrevive. Una semana allá es suficiente para perder la cordura, el dinero y parte del ego. Este itinerario exprés no es una guía para “aprovechar el tiempo”, sino una invitación a rendirte ante el caos con un mínimo de estilo y para ayudarte en esa pregunta básica, pero existencial: "Qué hacer en Tokio?"

1: Empieza en las alturas (y con vértigo)
Sube al Shibuya SKY y mira la ciudad desde arriba. Verás un enjambre de luces, cables y vidas que se cruzan como hormigas con WiFi. Tokio se ve infinita, y tú, ridículamente pequeño. Perfecto.

2: Brochetas, sake y karaoke (la santísima trinidad del turista borracho)
Come brochetas asadas en Omoide Yokochō, ese callejón donde el humo, la grasa y el olor a yakitori te abrazan como un ex que aún no supera la ruptura. Luego, pasa a algún Karaoke y haz el ridículo con algún clásico de los 2000. Cantar mal es casi un ritual espiritual.

3: Tinta y extravío
Tatúate algo en Future Rose Tattoo. No tiene que tener sentido, solo que duela un poco.
Después, piérdete en el barrio de Taito. Sin mapa, sin destino. En Tokio, los que se pierden encuentran más que los que planean.

4: Sushi y neones
Ve a Hinatomaru Kaminarimon y prueba sushi como se debe: fresco, directo, sin salsa extra ni fotos para Instagram. Más tarde, déjate hipnotizar por los neones de Golden Gai en Shinjuku. Ese barrio no duerme, solo cambia de turno.

5: Sumo, templos y supersticiones
Madruga para ver una práctica de sumo. No es un espectáculo, es algo más íntimo y crudo: el sudor, los golpes secos, el silencio que corta el aire. Verlos entrenar es entender que la fuerza también tiene su ritual. Después, pasa por el Templo Senso-ji, saca una fortuna en papel y ríete si sale mala.Nadie vino a Tokio buscando suerte, de todos modos.

6: Tecnología, manga y naturaleza (sí, todo cabe)
Empieza con una dosis de locura digital en el Museo Interactivo TeamLab. Después, ve a Akihabara, donde los otakus reinan y los cables son religión. Cierra el día caminando por los bosques del Santuario Meiji, para recordar que incluso en Tokio hay silencio… si sabes buscarlo.

7: Ghibli y despedida con sabor a nostalgia
Visita el Museo Ghibli. No importa si creciste con Totoro o con ansiedad: vas a llorar igual. compra tu entreda con mucha anticipación, ojalá semanas o mes antes de tu visita. Es extremadamente demandado. Al volver, mira un episodio de Midnight Diner: Tokyo Stories en Netflix. Te va a pegar justo donde duele: en la nostalgia de lo simple.

Tokio y la resaca emocional
Tokio no es una ciudad, es un espejo de tus contradicciones. Corres, comes, bebes, te pierdes, te cansas. Y justo cuando crees que la entendiste, se te escapa entre los dedos como humo de yakitori. Pero así es Tokio: te rompe con elegancia, y te deja queriendo más.
Y si sobreviviste a este itinerario en Tokio, quizá quieras más.Para más historias, errores y consejos de viajes sin filtro, sígueme en @chilean_mate. Prometo no venderte motivación, solo cicatrices con buena vista, bares con mala iluminación y verdades que duelen bien.Hasta la próxima aventura, si la resaca me deja...





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